LOS VENGADORES DE LA JUSTICIA: CAP 10

CAPÍTULO  10

WASHINGTON D.C., EEUU, 2015

El presidente se puso su chaqueta y salió de su despacho en dirección a la sala donde se celebraría una importante reunión. Llegó a la puerta, respiró hondo y entró. Allí le esperaba ya Nick Furia sentado en una mesa rectangular. Él se sentó en el lado opuesto. Le saludó con una mirada severa antes de pulsar un botón de la mesa para que aparecieran unas pantallas rodeando la mesa con los principales líderes mundiales conectados por videoconferencia. Hizo un gesto a Furia para que hablara.
―Señores ―Dijo con su potente tono de voz― El mundo está en peligro.
Todos los líderes se llevaron las manos a la cabeza según los traductores simultáneos les iban transmitiendo la información. Todos menos un coreano que permanecía con su mirada impasible.
―Alguien… No sabemos quién, no sabemos cómo, no sabemos por qué… Está creando clones malignos de superhéroes y utilizándolos para destruir el mundo. ―Les explicó.
―Nunca debimos dar libertad a esos superhéroes… ―Dijo la alemana en un correcto inglés.
―Esos superhéroes han salvado a millones de personas… ―Le espetó Furia.
El presidente le hizo un gesto para que se calmara.
―¿Y dónde están ahora para defendernos? ―Increpó uno con acento francés.
―Están en SHIELD, pero no son suficientes todavía… Estamos contactando con algunos más… Pero mientras, necesitamos vuestros ejércitos.
La mayoría pusieron caras de indignación. Algunos se quejaban mientras otros decían que no saldrían del búnker y les daban la razón. La pantalla del coreano se apagó. Después se fueron sucediendo algunas otras.
―¡Esperen, esperen! ―Rogó Furia.
―Los norteamericanos siempre habéis sido los más permisivos con vuestros peligrosos héroes, ahora sufrís vuestras propias consecuencias… ―Dijo un árabe mientras desconectaba también.
Apenas quedaban un par de fieles, por respeto más que por convicción. En ese momento se apagaron todas las luces y saltaron las alarmas. Los guardaespaldas rodearon al presidente. Hubo una pequeña explosión y el techo cayó encima de la mesa. A todos les dio tiempo a apartarse y ver cómo entraba alguien con un aerodeslizador. Las puertas se abrieron y entraron el guardaespaldas de Furia, el Capitán América, que lanzó su escudo hacia el Duende Verde, haciéndole caer. El villano tiró una bomba de humo y cegó a todos. Cuando se disipó, tenía cogido al presidente por el cuello.

―Alejaos del Presidente de los Estados Unidos. ―Le ordenó Nick Furia, contundente.
―¿Qué tal si se viene a dar un paseo…?

El Duende Verde se montó en el deslizador y se llevó al presidente.