LA ADOLESCENCIA DE JESÚS, FINAL: CAP 12

Ha habido presiones desde el Vaticano... Pero este es el último capítulo y ya nos pasamos la presión por ahí.



CAPÍTULO 12 - FINAL

            Pues estaba Jesús de botellón con sus amigos Judas Iscariostia, María Magdalena Dulcesol, Judas Tadeo Jones, Santiago de Compostura y toda su peñita escuchando Flos Mariae a todo trapo. Jesús cogió la jarra de calimocho y exclamó:

―Amigos, bebed, es mi sangre.

―Puto cerdo, ya nos estás guarreando la bebida… ―Le escupió Judas Iscariostia.

Magdalena se acercó a Jesús disimuladamente.

―Jesús, tenemos que hablar… ¿Viste mi mensaje de tuenti?

―Espera, que todavía no sé qué coger para decir que es mi cuerpo… ¿Qué tal esa piedra de allí? ―Reflexionó.

―Jesús, tengo un retraso. ―Le dijo severamente.

―Ah, ya… ¡Pero eso lo tienes desde que naciste! JAJAJA

Al grupito se acercó un hombre de barba blanca diciendo:

―Bendiciones y buenas tardes, soy un humilde carpintero que busca a su hijo perdido, ¿podrían darme una ayudita o un cigarro?

―¿¡Padre!? ―Se sorprendió Jesús al verle― ¡Por Dios, qué mal has envejecido!

―¡¡Pinocho!! ―Corrió a abrazarle el anciano― ¡Por fin te encuentro!

De repente, una banderilla se clavó justo en la pared de detrás de Jesús.

―¡Oh, no! ¡Es él! ―Gritó Santiago de Compostura, que salió corriendo con su novia Sor Prendida.

―¿Quién? ―Jesús se dio cuenta de que se había quedado solo y aprovechó para orinar toda la sangre que había bebido. Todos habían huído.

―Se acabó la diversión…

La silueta del señor misterioso se fue formando. Una barriga cervecera increíble rodeaba su cuerpo. Llevaba en el pecho su escudo con la E. A su espalda ondeaba su capa roja y amarilla. En su boca rondaba un palillo buscando paluegos.

―¡Soy el Capitán España! ¡Y vengo a poner fin a tu reinado! ―Se presentó.

―Encantado, Capitán. Un placer. Ahora, si me disculpa, me voy, que tengo las croquetas en la freidora y se me queman…

―¡Tú no vas a ninguna parte!

El Capitán España escupió el palillo y se sacó de los pantalones unas banderillas y una capa para torear.

―¡No! ¡Las banderillas no! ―Rogó Jesusín― ¡Ten piedad!

El Capitán sacó un radiocasete.

―¡No! ¡Camela no! ―Se puso de rodillas― ¡Haré lo que quieras!

―Bueno, pensándolo mejor ―Reflexionó el Capitán España― Te mataré después de la siesta.

―¿Te gusta la siesta? ¡Entonces te puedo ayudar! ¡Hagamos un trato! Si me dejas en paz, yo puedo hacer que todos los domingos sean día libre. También vacaciones de Navidad por las fechas de mi nacimiento. Y si me apuras, la semana que muera también será fiesta…

―Mmmm… ¿Y los puentes?

―Te apaño el puente del Pilar.

―Hecho.

Después de todo aquello, el Capitán España se convirtió en su principal aliado y Jesusín llegó a ser un adulto. Poco queda por contar que no sepáis ya. Colorín, colorado… ¡Este Evangelio se ha acabado!


THE END


NADA DE ESTA HISTORIA HA SIDO DEMOSTRADO, POR LO TANTO TIENE EL MISMO VALOR QUE LA HISTORIA QUE TODOS CONOCEMOS. 

PERO LA COSA NO ACABA AQUÍ: ÉCHALE UN VISTAZO A LO QUE VIENE AHORA... ¿Qué será lo que esconde este enlace? ¿Qué estoy tramando?