EL CUENTO DEL FIN DEL MUNDO: ÚLTIMO CAP | PARTE 2



―¡¿Cacahuetes?! ―Repitió Mario. ―¿¡VAMOS A MORIR AHOGADOS POR CACAHUETES?!

―Eso parece… ― Decía Obama ‘El Gris’ con resignación.

―¡¡SIII!! ¡LA MEJOR MUERTE QUE PODRÍA TENER!! ¡ME ENCANTA! ―Mario perdía la cabeza por un par de cacahuetes.

―Estamos acabados… ―Lloraba Leia Granger, mientras los cacahuetes le iban cubriendo el cuerpo.

―Oye, Obama, ¿tú no habías ido en busca de una ayuda? ―Le espetó Aldo.

―No vendrá el mono… No, ya no… ―Los cacahuetes les llegaban por el cuello ya.

―¿Alguien dijo mono? Uh, ¡jajajaja! ―Un mono esquizofrénico se apoyó en el alféizar de la ventana.

―¡Rafiki! ¡Has venido! Aunque demasiado tarde…

―Nunca es tarde… Para hacer tus sueños realidad, amigo ―Decía con sabiduría el mandril de culo rojo escocido, mientras ayudaba a otra criatura más torpe a subir al alféizar también.

―El final del mundo llegado ha.

―¡Yoda! ―Exclamó Leia Granger.

―Así es, joven ―Le respondió el asqueroso ser verde ―Por salvar nada queda ya, el mundo en la oscuridad caído ha. Perritos calientes vendo yo. Baratos.

―Pero todavía hay esperanza… Mirad ahí arriba ―Señaló el mandril Rafiki.

Entre las nubes, una luz se abrió paso, y la figura de un imponente León se alzó. Tardó unos segundo en percatarse de que le veían, pues seguía chupándose los huevos tan tranquilo.

―¡¡Mufasa!! ―Gritaron todos al unísono.

―Así es. La contienda ha acabado. Hitler ha sido desterrado al Tártaro, la región más profunda del Inframundo. Allí, cada día recibirá la visita de Justin Biebah, que le cantará hasta que muera de dolor. En cuanto a vosotros, niños, habéis demostrado vuestra valía… ―Señaló con la mirada una misteriosa puerta que había aparecido en el aire. ―Abridla.

Los tres muchachos, casi con miedo, se dirigieron hacia ella, y giraron el pomo.  Un montón de humo blanco llenó la sala y alguien cruzó la puerta.

―¡Gadget! ¡Estás vivo! ―Los tres niños fueron a abrazarle. Pero detrás de él fue alguien más.

―¡Papá! ¡Joder, cómo hueles!

―¡Hijo mío! ¡Pues huelo a muerto! ―Filius Felipus González, el padre de Aldo, muerto en la guerra, había resucitado. Pero no sólo él, por la puerta fueron desfilando todos los amigos que les habían ayudado en esta increíble historia: Florentinus Hagrid, Patricia McCondegall, la Abuela Sauce, Astérix, Burbuja, Estúpidus Lockhart, Gepetto, Gollum Zapaterus, Faletus Snorlux, Caperucita de Mairena… ¡Hasta Doraemon!

―Así se salvó el mundo… Y así se lo hemos contado ―Alvarías Prats despide el informativo ―Y recordad, más allá de esta historia hay mucho más que un tío delante de un ordenador… Hay un tío delante de un ordenador comiéndose una hamburguesa. Estremecedor…


FIN





TODOS LOS PERSONAJES QUE APARECEN AQUÍ SON FICTICIOS, CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA… O NO.